El diseño instruccional en los cursos a distancia, se ha visto influido y beneficiado por distintos modelos pedagógicos y teorías psicológicas que han explicado el proceso de aprender y con ello, brindan diversas pautas para orientar la didáctica. El conductismo es una de las teorías con gran influencia en el proceso de la planeación educativa, por lo que nos detendremos en analizar su influencia.

Recordemos que el conductismo es una teoría que estudia el aprendizaje, como aquel comportamiento observable y medible de un alumno. El conductismo, desde su propia explicación de los procesos de aprendizaje ha recomendado que, mediante la repetición granulada de piezas de conocimiento, se promoverá el dominio de nuevos temas. Haciendo especial énfasis en el nivel de ejecución o nivel de dominio de los aprendizajes obtenidos. Por lo tanto, el aprendizaje se dará de forma gradual pero continua, este será verificable a partir del cumplimiento de los objetivos de aprendizaje.

Con base en lo anterior podemos afirmar que el uso del conductismo en el aprendizaje en línea resulta de utilidad cuando se quieren generar resultados de aprendizaje comprobables, también cuando se desea utilizar un sistema de recompensas y realimentación dentro de las actividades de aprendizaje, lo anterior, nos llevará a orientar al estudiante en el dominio de habilidades que se espera obtenga al finalizar el curso.

Entre algunos de los aportes que nos ha dejado el conductismo en el e-learning podemos destacar:

  • Taxonomía de Bloom: el conductismo está enfocado en el cumplimiento de objetivos de aprendizaje, los cuales serán definidos, observables y medibles cuantitativamente a través de una serie de indicadores. La obsesión por el detalle y su graduación en complejidad deriva en la necesidad de tener una guía que permita secuenciar la enseñanza: es donde surge la taxonomía de objetivos de aprendizaje. Una taxonomía que permita graduar las conductas conceptuales, procedimentales y actitudinales.

Existen distintas taxonomías, (ver otras taxonomías) sin embargo, la más ampliamente difundida es la propuesta por Bloom. Esta taxonomía se fundamenta bajo el supuesto de que no todos los resultados que se obtienen en el aprendizaje se verán reflejados de la misma manera, es por ello que la taxonomía propuesta por Bloom categoriza y ordena el nivel de ejecución que el alumno deberá desarrollar con base en el aprendizaje final que se desea obtener, estas categorías son: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y evaluación.

El uso de objetivos de aprendizaje dentro del proceso educativo es muy importante, ya que ellos definirán el rumbo que tomará el curso, así como marcará una pauta del nivel de complejidad para las actividades, ejercicios y esquemas de evaluación. La taxonomía de Bloom, ha tenido revisiones y actualizaciones con el paso del tiempo, pero su estructura básica de seis niveles de complejidad en el aprendizaje sigue siendo una pieza nodal, para graduar el aprendizaje.

  • Economía de fichas: esta técnica se basa en la modificación conductual a partir de reforzadores positivos los cuales serán entregados con el cumplimiento de las conductas deseadas. Para ello se establece un sistema en el que a partir de hacer ciertas conductas se ganen fichas o puntos; mismas que podrán ser canjeados por un premio mayor.

Para el correcto desarrollo de esta técnica se debe definir una serie de conductas deseables, el reforzador simbólico (fichas / puntos); así como las reglas y condiciones que se deben llevar a cabo para que el intercambio pueda efectuarse. En una economía de fichas, también es necesario establecer las conductas negativas ya que al igual que las actitudes positivas, las conductas no deseadas tienen una repercusión al ser castigadas por decirlo de alguna manera con la perdida de fichas o puntos.

Trasladando la técnica a la actualidad en los modelos e-learning, podemos ver el uso de una economía de fichas dentro de las estrategias denominadas “gamificación” en este modelo el aprendizaje se verá reflejado a partir del cumplimiento de ciertas metas en las cuales se van superando obstáculos para llegar a la adquisición completa de los contenidos.

  • Exámenes: como bien sabemos son una prueba en la que se mide el nivel de conocimientos, aptitudes y habilidades sobre algún tema en específico, son la herramienta idónea para comprobar el nivel de aprendizaje de los alumnos. Su nivel de complejidad estará íntimamente ligado al nivel taxonómico de los objetivos de aprendizaje. El participante deberá mostrar una conducta inequívoca que refleje el dominio conceptual, procedimental o actitudinal de los temas revisados. En los cursos e-learning, es posible formular diversos formatos de reactivos que permitan evocar la conducta concreta que se desea evaluar. (ver más formatos de reactivos). La imposibilidad de objetivar una conducta mediante la observación, las tecnologías han permitido que los exámenes sean un parámetro indirecto del aprendizaje. El aprendizaje como conducta podrá ser evaluado tan escrupulosamente como se deseen medir cada uno de los seis niveles taxonómicos a partir de la administración de los bancos de reactivos. (Ver más información de administración de bancos de reactivos).

Detractores de los modelos conductuales en la educación, pueden existir muchos y con sólidos argumentos. No es la intención de esta nota contrastarlos, sino tan sólo reconocer la gran influencia y su vigencia en la práctica cotidiana de la planeación educativa de cursos a distancia o e-learning. El conductismo ha permitido tener orden y pulcritud en la definición de los aprendizajes que podrán evidenciar nuestros participantes.